La Próxima Revolución
- auroiablog
- 9 dic 2015
- 2 Min. de lectura

Internet ha dado puesto de cabeza a nuestro mundo: ha revolucionado las telecomunicaciones, haciendo accesible a todos una comunicación global e inmediata y un acceso al conocimiento que parece no tener límite.
¿Cual será la siguiente frontera?
Nosotros mismos; es decir, el propio concepto de Comunicación. Utilizamos la comunicación para mostrar al mundo lo que hay en nuestro interior: ideas, planes, sensaciones, opiniones, intereses, gustos, conocimiento, etc. Sin embargo, hasta ahora había una barrera entre todos esos pensamientos y las demás personas, esto es, nosotros mismos; nuestro propio cuerpo. Ése es el límite a superar.
Hasta la actualidad, nos habíamos arreglado utilizando sustitutos para transmitir al exterior lo que ocurre en nuestro interior: los Símbolos. Los símbolos sustituyen cada una de nuestras ideas y sensaciones, combinándose mediante un código que nos autoimponemos por acuerdo social. Todo para intentar entendernos unos a otros, en suma.
La cuestión es que esos símbolos sufren, en mayor o menos medida - dependiendo de la clase de símbolo utilizado (letras, números, iconos, índices...) - de una ambiguedad que limita nuestra capacidad de ser comprendidos al 100% por los demás, según nuestros deseos.
Pero eso está próximo a cambiar. Gracias a las nuevas tecnologías en desarrollo, en materia de registro neuronal - como ya he expuesto en antriores artículos -, pronto seremos capaces de emitir y recibir nuestros pensamientos de forma directa y sin errores de interpretación. La CNS (Comunicación No Simbólica) está cerca de cambiar el Mundo: es la próxima Revolución.
Si a esta nueva tecnología le sumamos la capacidad globalizadora de Internet y la capacidad operativa de las transmisiones inalámbricas de datos (Bluetooth), las posibilidades se multiplican hasta lo inimaginable.
Bueno sería que nuestro país se pusiera a desarrollar una tecnología análoga, para no entrar de nuevo en el Futuro tarde y con el paso cambiado.
Más información en mi serie de artículos sobre CNS:
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